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Trastornos del sueño

Los trastornos del sueño representan un problema significativo a nivel mundial, pues existen diversos factores que influyen en alteraciones del horario de sueño de las personas, ya sea por que es inevitable en ciertas situaciones, como gente que trabaja varias o largas jornadas, o simplemente porque no le dan la importancia a dormir el tiempo necesario. Aproximadamente el 40% de la población mundial se ve afectada por trastornos del sueño, según la Organización Mundial de la Salud (2022).

               El sueño es un proceso biológico y recurrente, en donde se presenta un estado activo de inconsciencia que se da en el cuerpo, acompañado de cambios fisiológicos y neurológicos. Encontramos que el cerebro estará en reposo relativo y debido a que se crea una disminución en la percepción del entorno, y normalmente reacciona a los estímulos internos. Aunque pueden existir demasiadas opiniones en cuanto el funcionamiento del sueño, podemos resumirlo en que es necesario, permite reducir la demanda energética de una persona, y reponer o reorganizar componentes celulares.

               El ritmo circadiano o ciclo de vigilia-sueño lo conocemos como un reloj biológico de 24 horas que tiene el cuerpo en donde se regula el estado de alerta al estar despierto y la somnolencia al dormir. Este sistema ayuda a los seres humanos a tener la capacidad de adaptarse a diferentes entornos y poder reaccionar a los cambios que se producen, ya que funciona respondiendo a los diferentes cambios de luz. Además, este ciclo es necesario para reintegrar el cuerpo para que tenga un correcto funcionamiento. En una rutina normal y no alterada de un adulto, se cree que debe pasar aproximadamente 16 horas despierto y 8 horas dormido, pero hay diferentes factores que pueden alterar este ciclo. 

               En el sector salud hay alrededor de más 80 trastornos del sueño (TS) reconocidos de manera internacional. En datos mexicanos, según la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, más del 45% de la población adulta en México presenta trastornos del sueño como el insomnio. En esta investigación para el protocolo nos centraremos en el insomnio ya que es de los más reportados con un 18.8% según estadísticas de Salud Pública de México. 

Epidemiología

Para hablar de epidemióloga en contexto de este tema hay que tener en cuenta que la epidemiología del sueño estudia la frecuencia, distribución y determinantes de los trastornos del sueño (como insomnio en este caso) y de los problemas relacionados con la alteración del ritmo circadiano en poblaciones.

Con base en los resultados de un estudio realizado por Emma The Sleep Company México, llevado a cabo a nivel nacional para analizar los hábitos de sueño de los mexicanos, dio a conocer que 75% de los mexicanos padece insomnio.

El 75.8% de los encuestados padecen insomnio en mayor o menor medida, un 32.8% lo describe como insomnio leve, un 32% como insomnio regular y un 10.6% como insomnio severo  

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Factores de Riesgo

Los trastornos del sueño resultan de la interacción de mecanismos fisiológicos, genéticos, ambientales y conductuales que alteran la estructura normal del sueño y la sincronización circadiana. Entre los más importantes se encuentra el insomnio.

El insomnio está asociado a un estado de hiperactivación fisiológica que incrementa el riesgo de comorbilidades como depresión, hipertensión y cardiopatías.

  • Fisiológicos: activación simpática y cortical elevada (ondas EEG rápidas, aumento de secreción hormonal y metabolismo), y desalineación circadiana (fase retrasada o adelantada).

  • Genéticos: loci identificados en un estudio GWAS (ej. ADO, CAMLG, ICA1L, LXN), historia familiar positiva.

  • Ambientales/conductuales: estrés crónico, exposición nocturna a luz azul, consumo de cafeína, alcohol o tabaco, turnos nocturnos y jet lag (descompensación horaria).

  • Comorbilidades: alta coexistencia con trastornos psiquiátricos, neurológicos y enfermedades cardiovasculares o metabólicas.

Manifestaciones clínicas

Principalmente, las personas que lo padecen expresan que tienen mala calidad o poca cantidad de sueño,ya sea que se le dificulta conciliar el sueño o mantenerlo o tener despertar precoz con imposibilidad de volver a dormir, a pesar de contar con el tiempo y las condiciones adecuadas para hacerlo. Además, está acompañado de síntomas diurnos:

Fatiga

Alteración de la memoria

Irritabilidad

Alteraciones de la concentración

Alteración del rendimiento laboral o académico

Somnolencia

Cambios de estados de ánimo

En el caso de niños, son los padres o tutores quienes reportan el insomnio como resistencia a dormir o bajo rendimiento escolar y se debe referir a neurólogo pediatra.

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Diagnóstico

El insomnio se va a diagnosticar siguiendo los criterios del DSM-5 ( Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition) , para una adecuada detección del insomnio, es importante recopilar información del paciente; como sus síntomas, posibles factores de riesgo y antecedentes médicos. Además de realizar pruebas para determinar si cumple los requisitos de este trastorno. 

La primera etapa consiste en realizar una entrevista donde al paciente se le hacen preguntas sobre sus hábitos de sueño:

  • ¿Con qué frecuencia tiene problemas para dormir, desde hace cuando tiene estos problemas?

  • ¿A qué horas va a dormir y a qué horas se levanta?, ¿Cuánto tiempo tarda en conciliar el sueño?, ¿Con qué frecuencia se despierta en la noche?

  • Si la calidad del sueño es la adecuada. ¿Si descansa bien o se siente cansado durante el día?

  • Hábitos antes de dormir, ¿Utiliza dispositivos electrónicos o mira televisión antes de acostarse?

  • Si tiene algún problema de salud nuevo o crónico.

  • Si está embarazada o en la menopausia.

  • O si consume sustancias como tomar café, fumar, alcohol o drogas estimulantes.

Además de la entrevista, se pueden hacer pruebas complementarias más específicas para descartar otros trastornos que afectan el sueño, como:

  • Un análisis de sangre se realiza para ver si hay problemas tiroideos u otras afecciones en la salud que puedan afectar el sueño.

  • Un estudio del sueño como la polisomnografía se hace para detectar si no tiene otros trastornos del sueño, como apnea del sueño, narcolepsia o trastornos del ritmo circadiano.

  • Actigrafía se coloca un pequeño dispositivo en la muñeca para registrar los periodos de reposo y actividad, además de medir la calidad del sueño. Este aparato va a registrar la actividad durante 3 a 14 días y conforme a los resultados se puede diagnosticar el insomnio.

Así mismo, algunas pruebas útiles que nos ayudan para el diagnóstico del insomnio son:

 

             Escala de somnolencia de Epworth (ESE)

La Escala de Somnolencia de Epworth (ESE) es un cuestionario que nos ayuda a evaluar qué tan propenso es el paciente a quedarse dormido en distintas situaciones cotidianas: 

             Índice de severidad del insomnio (ISI)

El Índice de Severidad del Insomnio (ISI) es un cuestionario que se utiliza para evaluar la gravedad del insomnio, este también evalúa la experiencia del insomnio que presenta el paciente durante las últimas dos semanas presentadas:

Tratamiento

Naturales

  • Melatonina*

  • Pasiflora

  • Raíz de valeriana

  • Lúpulo

  • Magnesio

  • Lavanda

  • Glicina

​No farmacológicos

  • Higiene del sueño  

  • Terapias cognitivo-conductual

  • Terapia ocupacional 

  • Cronoterapia

  • Fototerapia

  • Luminoterapia

*Aunque la melatonina es el principal tratamiento no farmacológico al que se recurre para tratar el insomnio, tiene varios efectos secundarios, tal que puede tener interacción medicamentosa con medicamentos anticoagulantes, anticonvulsivos, anticonceptivos, para la hipertensión arterial.para la diabetes e inmunosupresores.

Farmacológicos​

  • Benzodiacepinas 

  • Flurazepam

  • Lorazepam

  • Antihistamínicos sedantes 

  • Doxilamina

  • Difenhidramina

  • Hipnóticos sedantes 

  • Antidepresivos triciclos

  • Clonazepam

  • Zolpidem

  • Temazepam

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Prevención
  1. Mantener hábitos de sueño regulares. : Levantarse y acostarse a la misma hora. 

  2. Crear un ambiente propicio para dormir : Un lugar oscuro y cómodo. 

  3. evitar el consumo excesivo de alcohol, cafeína y nicotina.

  4. Hacer actividad física para mejorar la calidad del sueño .

  5. Manejar el estrés y la ansiedad. 

  6. Limitar el uso de dispositivos porque la luz azul afecta la producción de melatonina.

                   ¿Cuándo acudir al médico?​

Si los problemas para dormir se repiten varias veces por semana y además aparecen síntomas como:

  • Somnolencia excesiva durante el día.

  • Disminución del rendimiento en el trabajo o estudios.

  • Irritabilidad, cambios de humor o falta de concentración.

  • Dolor de cabeza o sensación de cansancio constante.

Si la falta de sueño está relacionada con estrés, ansiedad, preocupaciones personales o problemas emocionales, lo más adecuado es acudir a un psicólogo para aprender técnicas de manejo del estrés y estrategias cognitivas.

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Salud del Sueño

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Salud del Sueño por Celeste F., Yazmin R., Victoria M., Sofia S., Milagros O., Sergio A., Saúl G.

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